En Manresa Loyola, la casa de ejercicios espirituales de los Jesuitas en República Dominicana fue remodelado recientemente el cementerio que existe desde la Revolución de 1965. En el marco de este acontecimiento el superior local de los Jesuitas, P. David Pantaleón, SJ hizo una brevísima reflexión acerca de los inicios de la orden en el país. Historia que ubica sus antecedentes en los inicios de la colonización de América.

Texto Completo.

La historia de los jesuitas en territorio dominicano nos remonta a una primera etapa durante la colonia Española entre los años 1650 a 1767. Durante estos años se dedicaron a la educación desde el colegio de Gorjón en Santo Domingo y una residencia con un templo (hoy Panteón Nacional). Es decir que al inicio de la colonia la misión pastoral jesuítica se concibió como educativa, espiritual y sacramental.
Es de notar sin embargo que, casi un siglo antes, los primeros jesuitas que tocaron tierra caribeña fueron el Padre Juan Rogel y el Hermano Francisco Villareal que llegaron por una escala técnica forzada a la bahía de manzanillo el 24 de octubre del 1566, de regreso de la abortada misión de la Florida. Permanecieron unos meses en Monte Cristi. Hacia solo 10 años que había muerto el fundador Ignacio de Loyola (31 de julio de 1556). Es decir que este año 2016 se cumplen 460 años de ese acontecimiento de dos jesuitas tocando tierra dominicana por la bahía de Manzanillo.
Después de la expulsión de los jesuitas de tierras dominicanas en el año 1767, la compañía de Jesús no volvería de manera formal hasta el año 1936 cuando asumió la misión fronteriza. Los dos primeros en llegar esta vez fueron los padres Ignacio Francia y Felipe Gallego que entraron al país por la Bahía de San Pedro de Macorís en un hidroavión el 25 de junio de 1936 en un accidentado amarizaje con náufragos. Les recibió Monseñor Ricardo Pittini. Durante el mes de julio visitaron diversas parroquias y dieron los Ejercicios Espirituales hasta su llegada oficial a la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Dajabón el 1 de agosto del 1936 asumiendo la parroquia el día 8. Luego llegaron otros jesuitas: P. Segundo Vázquez González (5 de septiembre). Cuatro meses después llegaron el P. Eloy Mariscal (5 de enero 1937) y el H. Juan José Muñoa (6 de febrero 1937). Luego llegó el P. Andrés Álvarez (junio 1937) y el Hno. Raymundo Ortiz Plaza, el primero en dejar sus huesos en tierra dominicana el 27 de agosto de 1938. En el año 1939 llegó el padre Antonio López de Santa Anna. En los primeros veinte años de esa labor fronteriza pasaron por esos lugares 19 sacerdotes y tres hermanos.
Estamos celebrando agradecidos los 80 años de ese retorno de la Compañía de Jesus a territorio dominicano. Nuestras obras y proyectos de hoy al servicio de la Iglesia tienen, en todos los jesuitas que nos precedieron, sus más hermosas raíces.
P. David Pantaleón sj
24 de abril del 2016
En la misa de reinauguración del restaurado cementerio de Manresa Loyola