Santiago de los Caballeros, 24 de agosto de 2017. – La Red Jesuita con Migrantes Subregión Caribe, un espacio de coordinación de la Compañía de Jesús compuesto por diferentes instituciones que trabajamos con migrantes y refugiados en las Américas y el Caribe, articulados para acompañar los flujos migratorios de las personas en situación de especial vulnerabilidad en toda la Región, nos hemos reunido en Santiago de los Caballeros del 22 al 25 de agosto, con la participación de delegados de Haití, República Dominicana, Brasil, Colombia, Venezuela, Canadá y Estados Unidos bajo el tema central “Desafíos de los Flujos Migratorios”.

Las migraciones constituyen un fenómeno global donde intervienen determinantes económicos, políticos, sociales, culturales e incluso ambientales. En la actualidad el Banco Mundial cifra la población migrante en el mundo en 250 millones de personas. La mayoría de estas personas, 164 millones, son originarios de países en “vías de desarrollo” o del “sur global”. Durante el encuentro se analizaron los flujos migratorios de Haitianos, Dominicanos, Cubanos y Venezolanos. Especialmente consideramos la actual situación dramática de Venezuela en la que cientos de miles de personas han tenido que emigrar y/o exiliarse por las persecuciones, la violencia y la crisis humanitaria en ese país. En palabras del Coordinador de la Subregión Caribe, Benigno Toribio, “el tiempo urge y se debe buscar sin demora la transición a una Venezuela reconciliada e inclusiva; cada día que se demora aumenta la muerte y la miseria, el éxodo de casi un millón y medio de venezolanos y la desesperanza”.

Es preocupante que en muchos países de las Américas y el Caribe la política migratoria aborde la movilidad humana haciendo énfasis en la seguridad de los países en vez de hacerlo desde una perspectiva de derechos más inclusiva, como ha hecho Brasil con su nueva Ley de Migración No. 13.445 del 24 de mayo de 2017, que entra en vigor el 24 de noviembre. Ante esta realidad que nos estamos encontrando, creemos que no es aceptable considerar y tratar a quién incurre en una falta administrativa, como se cataloga el estar sin un permiso migratorio, como una amenaza terrorista o como un elemento de supresión de la soberanía nacional. Desde la Red Jesuita con Migrantes, entendemos que jamás se podrán justificar restricciones o supresiones discrecionales a los derechos fundamentales de las personas. Por este motivo acordamos lanzar una campaña para contribuir a la construcción de una ciudadanía inclusiva, hospitalaria, solidaria y tolerante hacia las personas extranjeras y las diversidades culturales en las Américas y el Caribe.

Los delegados de la Red Jesuita con Migrantes Subregión Caribe presentes en esta reunión, vemos que nuestros países tienen grandes posibilidades de dar un ejemplo de una forma de trabajar para la construcción de un nuevo modelo de gestión de los flujos migratorios para gobernar la inmigración garantizando los derechos adquiridos y respetando la dignidad humana, por ello reiteramos nuestro compromiso a servir a las personas migrantes más vulnerables y a sus familias en el Caribe y las Américas.