Queridos hermanos y hermanas, ¡buenas tardes!

 Saludo en primer lugar a todos ustedes, refugiados y refugiadas. Hemos escuchado a Adam y a Carol: gracias por sus grandes testimonios. Cada uno de ustedes, queridos amigos, trae consigo una historia de vida que nos habla de los dramas de las guerras, de los conflictos, a menudo vinculados a las políticas internacionales.

Pero sobretodo cada uno de ustedes trae una riqueza humana y religiosa, una riqueza para acogerla, y no para temerla. Muchos de ustedes son musulmanes, de otras religiones; han venido de diferentes países, de situacio