Actualmente el P. Regino Martínez Bretón reside  en la Parroquia San Bartolomé de Guayubín.  En la siguiente entrevista relata en detalles las novedades de está misión.

 

  1. ¿Regino que ha caracterizado el inicio de tu nueva misión?

 

Esta experiencia de mudarme en una comunidad donde viven migrantes es vieja, ¿por qué? Porque el planteamiento yo lo hacía en la oficina. Nosotros somos veintiséis personas que hemos optado por apoyar la defensa de los derechos humanos en la Línea Noroeste y especialmente en la frontera domínico-haitiana en el norte en Dajabón.

 

Yo planteaba que nosotros al trabajar con migrantes debíamos estar presente con ellos y como ellos. Yo lo decía, lo planteaba en reuniones tanto del sector social como en reuniones institucionales de Solidaridad Fronteriza, lo decía no para que otros lo hicieran, sino también como posibilidad de yo hacerlo y llegó el tiempo en que yo vi que debía dejar la dirección de Solidaridad Fronteriza y venir a las bases, ¿por qué? Porque me parece que por lo menos a nivel personal que mi riqueza está en la relación con la gente, en la solidaridad, en acompañar en todo el proceso de reivindicaciones  a las organizaciones sea de mujeres, sea de campesinos, sea de migrantes, entonces pues, llegó el tiempo en el que yo di el paso a mudarme.

 

¿Qué ha sido lo curioso? Que en vez de enfrentar a las autoridades, a los políticos, a los funcionarios, a los terratenientes he tenido que enfrentar a la comunidad dominicana.

 

¿Por qué? Porque ellos dicen que yo defiendo los haitianos, que yo quiero llenar a la comunidad de haitianos, que yo me beneficio mucho de los migrantes haitianos y que por eso ellos me rechazan. Entonces yo tenía ya apalabrada dos casas, “dos casitas” para vivir en la misma comunidad de Ranchadero y a la medida que se acercaba la fecha yo veía que aparecían dificultades, yo había hablado ya con los dueños de las casas y una vez voy a visitar una de esas casas que me iban a alquilar a mi, encuentro que hay una señora en ella viviendo y cuando la señora me ve que yo estoy en el patio sale como “una gallinita sacá” a echarme, que, qué yo busco en ese patio, que ella tiene esa casa alquilada, que yo no tenía que estar ahí, que yo no tenía derecho ahí, yo me sorprendí y digo, cálmese señora que yo solamente estoy viendo , y dice: no que yo tengo esta casa alquilada, digo pero es que a mi me la iban a alquilar y yo creía que estaba libre, perdóneme, le tuve que decir y tuve que salir inmediatamente. Sigo buscando otra casa, hablé con otro dueño de casa y me pasó lo mismo, se la alquilaron a otra persona, entonces yo descubro que la gente no quiere que uno viva en su comunidad, pero yo no entiendo porqué. Entonces convoco una reunión con la comunidad y la junta de vecinos de esa comunidad también aprovecha la oportunidad para decirme que a mi no me quieren en la comunidad, que yo tengo que salir de la comunidad, que yo traigo haitianos y que yo vivo de los haitianos, que yo quiero haitianizar la comunidad, pero yo les pregunto ¿cuántos haitianos yo he traído aquí? Ninguno. ¿Cuántas casas tengo yo alquiladas aquí a los haitianos? Ninguna. ¿Quién es que controla en la frontera el cruce de los haitianos? Los militares. Entonces, no soy yo que estoy trayendo los haitianos. ¿Desde cuándo hay haitianos la República Dominicana? Desde hace cincuenta años. Entonces yo lo que quiero es elevar el nivel de vida. Ah no, que yo no soy sacerdote, que yo lo que quiero es hundir a la comunidad. En definitiva, me rechazaron.

 

Viendo esa realidad anterior, yo hablo con el obispo y le digo, mire monseñor, la gente no me quiere en la comunidad, si usted me puede permitir que yo viva en la parroquia de Guayubín porque a mi me interesa estar cerca de las asociaciones comunitarias para irles acompañando en sus reivindicaciones y en la defensa de sus derechos y  Monseñor me dijo que sí. Yo hablé con el párroco de esa época el Padre Elvis ( ya han pasado tres párrocos por aquí).

 

  1. ¿ Qué tal la relación con los párrocos?

 

Con los párrocos no he tenido ninguna dificultad, al contrario, es una ayuda para ellos, extraordinaria, y además yo he descubierto un nuevo trabajo a nivel diocesano, que es la sustitución de los párrocos para las vacaciones si es necesario porque es solamente un párroco, un sacerdote animando a la comunidad y necesita descansar o cuando se enferma necesita alguien que lo sustituya entonces yo he venido sustituyendo a los párrocos de la zona para que vayan de vacaciones o para que vayan al médico si es que tienen que atenderse. Y además, he descubierto que hace falta un sacerdote que acompañe pastoralmente, espiritualmente, a los sacerdotes, entonces la sustitución y el acompañamiento son dos trabajos extraordinarios y que yo no preveía eso, eso por ese lado.

 

3. Querías acompañar al migrante desde la comunidad, pero dices que ahora has descubierto otras necesidades . ¿A qué te refieres?

 

– Yo no lo veía, y lo he descubierto cuando he venido aquí, cuando la comunidad me rechaza, entonces, yo asumo el servicio de acompañamiento a los sacerdotes de la diócesis y resulta que eso beneficia también a todos, al obispo, al sacerdote y a las comunidades. Y lo gracioso es que cuando yo voy a las comunidades que no pensaba ir la gente se pone contenta, porque ellos me conocen por la radio, por la televisión, por los periódicos o por los decires de la gente que conocen y se ponen contentos porque me conocen personalmente, antes me conocían solamente de oídas y eso también es una satisfacción para mi. Y el mismo rechazo de la comunidad Ranchadero es una satisfacción para mi también porque yo veo que Dios escribe derecho en líneas torcidas, porque yo quería vivir con ellos y como ellos con los migrantes y como las comunidades viven,  pero si ellos se oponen eso me da tranquilidad.

 

– Estoy aquí  de paso, hasta que yo pueda convencer  a la gente de las comunidades que puedo vivir allá y yo me  voy acercando. El párroco me dijo, bueno Regino ahora a la comunidad de Ranchadero tú vas a ir conmigo. Y que yo celebro, yo presido, y tú predicas. Y así lo hemos hecho, pero todavía la gente está media chiva y no me acepta.

 

4.- ¿Tienes alguna idea para mejorar la opinión de   la comunidad?

 

La gente  También, he hecho un proyecto en la capilla de Rachadero está a medio terminar, entonces yo le dije al párroco, vamos a hacer un proyecto porque Advenia apoya, financia la conclusión de esa obra, la comunidad ha aportado más de dos millones de pesos nos falta un millón para terminar, darle el piso, darle empañete, ponerle una verja perimetral, los bancos, una serie de detalles que son caros y ya la comunidad está agotada. Yo digo, pues, el día de mañana que se sepa que fui yo que hice el proyecto, quizás la gente acepta eso o tal vez lo rechazan, pero creo que a nadie le disgusta “un palito de coco”, entonces, espero yo ir regularmente por las comunidades, saludando la gente, la gente va viendo cual es el trabajo que yo hago, entonces pueda ser que haya una aceptación. Pero de todas maneras es interesante por el servicio que ofrezco a la diócesis y por el conocimiento que voy teniendo de la zona, de la línea noroeste, que es muy satisfactorio.

 

5. ¿Regino tengo la impresión que has descubierto necesidades nuevas en la frontera. Es correcto?

 

Si, mira, yo tengo cuarenta años en la frontera y después de todo este tiempo sigo descubriendo cosas. Yo creo que eso es positivo. Poco a poco se me han ido abriendo opciones nuevas.

 

Yo he tenido diferentes etapas en estos cuarenta años, primeramente en Loma de Cabrera donde comencé descubrí las comunidades, después de diez año me mudé con una familia campesina en el Manguito. ¿Porqué? Porque yo veía que la mayoría de las personas vivían de la agricultura, entonces yo como animador también tenía que ser agricultor  por opción, entonces, pues, vivía de la agricultura.  Me mudé con una familia, sembrábamos yuca, arroz, maní, habichuelas, guandules, de eso comíamos y de eso vivíamos. La producción solo daba para la subsistencia solamente lo que producíamos pero vivíamos de la agricultura y además podía ejercer el ministerio sacerdotal los servicios que se ofrecen.

 

Vivir con la comunidad fue una bonita experiencia. Descubrí el rostro de los campesinos auténticamente y organicé a los campesinos en esa época, a la Federación Provincial, y después la Confederación Agrícola Unión Campesina Autónoma, la Unión de Centros de Madres de Loma de Cabrera, de Dajabón, del Partido y de Restauración, es decir que tanto los campesinos como las mujeres fueron los rostros que se me identificaron  en esa etapa.

 

Después en otra etapa más adelante descubro los migrantes, el rostro de los migrantes, a partir del año 86 yo fui a Dajabón a trabajar , de Loma de Cabrera a Dajabón y ahí como ya está el cruce fronterizo y está todo el movimiento de nacionales haitianos por el flujo grande que hay en Dajabón y que viven en la comunidad, entonces me comencé a relacionar en el 2005 obreros en la línea noroeste y comenzamos a apoyar y organizar los migrantes. Ya tenemos ocho mil obreros migrantes identificados en cincuenta asociaciones comunitarias y los servicios que se les han ofrecido a los migrantes sobre todo en el proceso de regularización, hemos sacado más de cinco mil actas de nacimiento, más de dos mil quinientos pasaportes y visas y todo eso ha ayudado a que el migrante obrero haitiano valla regularizando su situación.

 

También se ofrece un gran servicio en el cruce de frontera en las vacaciones navideñas ya se ha hecho una tradición, ya ahora, éste año, vamos a hacer el cruce con los que han sacado pasaporte, porque sí se ha hecho un gran esfuerzo para eso. El año pasado sacamos seiscientos noventa y nueve pasaportes  en un proceso de acompañamiento que tuvimos ahí en el puente de Dajabón, pasamos cuatro días y se logró eso. Es decir que, ha sido muy rica la experiencia y diversificada, y también.

 

Ultimamente otros rostros que han parecido en el ejercicio pastoral han sido los jóvenes religiosos y religiosas porque en el mes de junio-julio todos los años he venido acompañándoles en el ejercicio espiritual, ejercicio de un mes, ejercicio de ocho días, para ir definiendo y purificando y clarificando la opción de vida religiosa tiene una acción de fe.

 

6.-¿Regino, que es lo más importante de todo esto que estas viviendo?

 

– Fíjate, yo creo que es una vuelta al inicio, al principio, a las bases, es decir, yo en el proceso de pastoral que he vivido en mi ministerio sacerdotal comencé en una estructura fija, estructura parroquial, porque yo veía que desde ahí la gente se acerca a uno a buscar cosas, no a buscar contenidos, entonces yo decía, para buscar contenidos yo tengo que bajar más a la gente, y que la gente vea que yo estoy como ellos y que  yo no tengo nada que darles.

 

7.- Me da la impresión que ahora la que necesita ayuda es la estructura parroquial?   ¿La Iglesia diocesana necesita este apoyo?

 

– Fíjate, yo creo sí. Tú estas mas o menos cerca de lo que yo estoy planteando y de lo que yo quiero recuperar, me refiero, a la relación con las bases. La estructura parroquial tradicional se ha distanciado del pueblo. ¿Porqué? Porque ha ceñido su misión al ejercicio sacramental exclusivamente, el sacerdote en la parroquia va a las comunidades a tener la eucaristía, a tener los bautizos, a tener las confirmaciones cuando va el obispo, lo invitan y esas cosas, y fuera de ahí ya. Entonces, yo digo lo contrario, eso hay que hacerlo pero desde una relación más cercana con las bases organizadas. Entonces, en ese sentido la parroquia es una estructura que hay que transformar.

 

Lo que busco es acercarme a la gente con  valores diferentes. Por un lado con el valor de la formación y con el valor de la espiritualidad, para generar la comunidad de vida, de fe y vida, es decir, que el ministerio pastoral sacramental no genera formación y espiritualidad por si solo. En realidad lo que se hace ahora deja a la gente como está.  La gente se contenta, queda satisfecha, tranquila porque ya bautizó, porque ya fue a la misa de su difunto, porque ya participó en la misa dominical. Pero todo esto no es suficiente.

 

Adicional a lo anterior, hace falta formación y organización. Entonces yo estoy aprovechando para que en la estructura parroquial se recuperen tres valores definitivos a nivel eclesial que son: la organización popular, la formación y la espiritualidad. Desde estos tres aspectos es que propiamente se crea comunidad y son un verdadero ministerio sacerdotal. Entonces el ministerio puro sacramental me da un estatus de funcionario, sin embargo, el apoyarme en los valores de la organización de la gente, la formación de la gente y la espiritualidad me da el rol de  servidor de la comunidad. Y esto es lo que quiero hacer, por que desde la dinámica que se puede general se puede renovar la vida parroquial.  Tú ves, eso es lo que yo estoy tratando de buscar y es lo nuevo que puede aparecer.

 

 

8.- ¿Y que otras necesidades has descubierto?

 

Otra cosa curiosa que he descubierto, porque, al estar aquí en la parroquia he vista en la actuación de tres párrocos y el comportamiento de los tres es el mismo, como tú dices, las actividades suben y bajan  y llega un momento en el que se estabiliza. A la actuación de los párrocos nuevos, estos muchachos nuevos, pues, todos son jóvenes, de un año, de cinco años, de diez años de ordenados, que van pasando, llegan a la parroquia y mecánicamente comienzan a darle continuidad a los compromisos sacramentales que tenía el anterior y yo, al último que llegó, yo le decía: pero ven acá, tú tienes que hacer una línea de base, tú tienes que descubrir que es lo que hay a nivel de catequesis, a nivel de matrimonio, a nivel de organización es sociales, a nivel de tareas, para que tú determines cuales son las prioridades. Y al respuesta que obtengo es que no que los diocesanos somos así, este es el estilo diocesano, llegar a la parroquia y darle continuidad sacramental.

 

Yo creo que es positivo, porque la eucaristía es lo mayor, es la base y lo más alto de la vida eclesial, pero no es lo único que va a fortalecer la vida pastoral de la gente; entonces, veo que falta formación, falta espiritualidad y falta organización. Entonces, para poder lograr eso hace falta hacer un análisis de la pastoral, de la situación de cada parroquia, para ver a qué nivel está y poder determinar las prioridades y para ver como continuar en la búsqueda de lo que queremos, porque esa es otra cosa, el párroco llega como con una visión estancada en el sacramento, entonces no busca más que eso e implementa  eso solamente, entonces, la gente como que va decayendo y por eso uno ve como que en las comunidades muchas personas mayores que han sido católicas pasan fácilmente a una religión que no conocen, como la evangélica.

 

9.- ¿En resumen cuáles son los aportes que la Compañía puede hacer desde las parroquias?

 

Yo digo que hay que tratar de recuperar lo que es auténticamente eclesial que es la relación con la gente, que es la formación y que es la espiritualidad porque no es otra cosa más que esa, entonces, prácticamente la formación y la espiritualidad está restringida a lo que el párroco pueda decir en la homilía que son cinco o diez minutos solamente una vez al mes, eso hace que la gente se vaya empobreciéndose entonces.

 

Fíjate, aquí hay una cosa curiosa que pasa en todas las parroquias, la gente, el pueblo, la asamblea reunida para una celebración eucarística en el templo, ahí puede subir una monja un padre prieto o un sacerdote y es una misa. El padre prieto son los presidentes de asamblea, entonces dicen la misa de la monja, la misa de el presidente de asamblea o la misa del sacerdote, o sea, lo mismo. Lo que yo digo es que parece que no hay una cultura religiosa, porque no hay una formación religiosa.

 

 

10.-  ¿Regino ves alguna conexión de esto que dices con el rechazo del que fuiste objeto?

 

– Claro que sí, porque mira lo que yo me he cuestionado con el rechazo que he tenido en la comunidad de Ranchadero, ¿Cuál fue la evangelización que nosotros hemos dado? Pero no solamente eso, ¿cuál ha sido la conciencia ciudadana que los partidos políticos han dado a nuestra gente? ¿cuál es el sentido de humanidad que tiene nuestra gente?

 

– Pero fíjate en otra cosa que manifiesta también la superficialidad. Actualmente, la problemática que ha generado la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional eso es tremendo a nivel del pueblo porque la culpa se la están echando a los haitianos, y son dominicanos, oye, la gente no descubre que los afectados por la sentencia 168-13 son dominicanos, es decir que son haitianos esas gentes, como si aquí no hubiese habido constitución antes del 2010, como si aquí en República Dominicana no habían leyes antes del 2010, como si aquí no hubiese habido instancias del estado antes del 2010.

 

11.-¿Regino, para ir cerrando, porque yo sigo para Dajabón, tres tareas que se derivan de aquí para la plataforma noroeste de la Compañía de Jesús?

 

– Fíjate, la primera tarea que yo veo es la organización a nivel popular, es decir, cada comunidad tiene que estar organizada, los hombres, las mujeres, los jóvenes y los niños, hay que organizar, porque tú no puedes llegar a nivel individual a nadie, porque te quedas solo. Primero organizar. Segunda tarea, la formación. Tenemos que darle una formación eclesial a la gente. Tercera tarea es la formación académica, que la excelencia que los jesuitas damos en los colegios y en las universidades tenemos que hacerlas llegar a las bases, la excelencia académica ¿a quienes? A los analfabetos dominicanos y a analfabetos de los obreros migrantes que viven aquí en la línea noroeste que aquí hay más de cincuenta mil obreros migrantes y en la línea noroeste solamente digo yo a ojo de buen cubero, la gente dice que hay más pero bueno. Entonces, yo creo que la formación. Y para eso la plataforma tiene que integrar dentro de sus prioridades centros de formación para jóvenes y de más edad. ¿Qué significa esto? Comenzar con el proceso de alfabetización y terminar con los diplomados que están ofreciendo los centros sociales de la Compañía de Jesús a nivel nacional.

 

11.- ¿Y cómo se integran el resto de las obras Jesuitas de la frotera?

 

– Bueno, precisamente esa formación académica  integral, está coordinada por las emisoras que tiene Educación, por Fe y Alegría, ITESIL, por Solidaridad Fronteriza, por la diócesis y por el estado, porque el estado es el que tiene la obligación de esa formación porque tiene los recursos para eso.

 

12.-¿ Quiere decir esto que ves con buenos ojos el que la Compañía asuma otras parroquias en la frontera?

 

Bueno, yo creo que no hace falta. Si se le da el trabajo que tiene que darle y el potencial que tiene Solidaridad Fronteriza, porque yo soy de Solidaridad Fronteriza y estoy aquí, ¿te das cuenta? No por la parroquia, estoy por el trabajo que se hace y por la misión que tiene la compañía, de formar, de dar formación y dar espiritualidad y por sobre todo por el modo de proceder de la compañía. Lo que tiene la compañía que aplicar no es coger más parroquias, es vivir, practicar el modo de proceder que es estar con y como.

 

En síntesis tenemos que pensar el  equipo de formación en la zona fronteriza del que hemos hablado, pero que no se ha llegado a concretar. Por ejemplo, Marién que tiene un sacerdote, ITESIL que tiene un sacerdote, la parroquia tiene un sacerdote y Solidaridad Fronteriza otro, es un equipazo, que si  trabaja coordinadamente haría un gran trabajo. Entonces lo que nos hace falta a nosotros en la compañía de Jesús es un trabajo de equipo con prioridades definidas.

 

 

Fíjate tú, nosotros en Dajabón podemos estar a nivel de todas las diócesis dándoles formación a los animadores, presidentes de asambleas, diáconos y hasta los mismos sacerdotes y también podríamos estar acompañando espiritualmente , comunicando una espiritualidad Cristo céntrica. Claro todo lo anterior implica una mayor movilidad. Hay que descentralizarse de las obras.

 

Creo que esto que planteo ayudará mucho a la comunidad. – Tenemos una riqueza personal y témenos un  empobrecimiento comunitario, porque cada uno es cada uno y esa riqueza no la compartimos, la gente queda sola y los sacerdotes también están solos.

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