Como aliciente ante desagradables hechos trágicos del fin de semana de muertes en accidentes de carreteras y aéreo, se produce la más esperada noticia deportiva para los dominicanos este año: la exaltación de Pedro Martínez como inmortal del béisbol de Grandes Ligas.

Este acontecimiento rompe la cotidianidad noticiosa, es un hito positivo, representa alcanzar la cúspide en la carrera del beisbolista profesional, uno entre miles, que luchan desde abajo por ganar espacio, lograr estabilizarse y mantenerse en la exigente pelota estadounidense.

Pedro Martínez es ese fenómeno del éxito del joven que, como cientos de dominicanos, aspira cambiar su vida personal y familiar y labrarse un futuro mejor en base al cultivo del talento atlético con disciplina, perseverancia y sacrificio, todo en base a sanidad física y mental.

Romper barreras, derrotar desventajas e imponer su calidad son parte de logros del nativo de Manoguayabo que elevó el sentimiento patriótico al llegar al Salón de la Fama de Cooperstown, Estados Unidos, y unirse a Juan Marichal como únicos dominicanos en ese lugar.

Su discurso de entronización trasciende, él dice que abre caminos a otros, es mensaje esperanzador de que “Sí, se puede”, consejo de vida y ejemplo para que la juventud deportista luche, en buena lid, en base al talento.

Pedro Martínez se elevó a la inmortalidad con la bandera dominicana como símbolo de grandeza, dignidad y auténtico embajador de buena voluntad, con el reto a los jóvenes: “ustedes también pueden lograrlo otro día”.

editorial de Radio Santa María