El martes 9 de agosto volvimos a escuchar la lectura que hace dos años nos movió profunda- mente desde dentro al día si- guiente de tener el primer en- cuentro con los niños inmi- grantes haitianos no acompa- ñados que dormían en las ca- lles del municipio de Dajabón: El que acoge a un niño como éste en m nombre me acoge a mí. Son las palabras de Jesús a sus discípulos. El equipo del Hogar de Cristo y sus colabo- radores y colaboradoras inspi- rados estas palabras, intenta cada día acoger a estos niños como al mismo Cristo. No siempre lo logramos, ni lo ha- cemos de la mejor forma, pero cada día tenemos la esperanza de hacerlo mejor y gozar de este encuentro con los preferi- dos de Dios, en quienes se nos hace visible cada día.

A dos años de nuestro primer encuentro con los niños hemos
dado un paso muy importante. No queremos quedarnos en una acogida de emergencia que solo brinde protección a los niños durante la noche. Queremos acogerlos para ser- virles todo el día. Por ello abri- mos una casa en Wanamint, al otro lado de la frontera: Lakay Jezi. Nueve de los niños más pequeños pasaron a vivir a este nuevo hogar en el que pueden permanecer todo el día y desde el cual podrán ir a alguna de las escuelas de Fe y Alegría, Fwa ak Ké Kontan. La maña- na del lunes 1 ero de agosto partieron temprano con su pocas pertenencia, todos muy contentos y ansiosos de llegar a su nueva y hermosa casa. Una vez allá intentaremos hacer contacto con sus familias y ver las causas reales que les expulsó a la calle. Ya son más de dos semanas del inicio del nuevo hogar y todo marcha muy bien.
Muchos nos preguntan qué pasará con el Hogar de Cristo en Dajabón. Este sigue funcio- nando, son solo 9 pequeños lo que hemos trasladado a una casa permanente. La casa de Dajabón sigue dando asisten- cia nocturna a un promedio de 20 niños diariamente. Seguirá siendo el primer contacto para los niños inmigrantes no acom- pañados que crucen la fronte- ra. La casa en Wanamint será la oferta que daremos luego de conocer bien al niño y el in- greso será en los meses previos al inicio de clases. Se le ofrece- rá esta oportunidad a aquellos que quieran y estén preparados para entrar en un proceso de estabilidad y quieran estudiar.
Seguimos contando con sus oraciones y apoyo solidario. Que el Dios que nos sale al encuentro en estos niños nos dé un corazón grande para se- guirle acogiendo en los más pequeños y excluidos.

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