Mons. Dionisio García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, ordena presbítero al diácono jesuita Raúl José Arderí en La Habana.

Lugar: Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola – Centro Habana, Arquidiócesis de La Habana.
Fecha: 20 de Junio de 2019
Texto: Julio Pernús
Foto: Yandry Fernández

Raúl José Arderí García sj, es motivo de alegría en la vida de la Compañía de Jesús en Cuba que ya tiene entre sus filas un nuevo presbítero. Para sus amigos, el “flaco” o el delegado de la Pastoral Juvenil Ignaciana (PJI) es un joven capaz de tocar la vida de cualquier persona que lo conoce, por la forma sencilla y alegre de transmitir su amor a Dios. Su ordenación presbiteral tuvo lugar el sábado de la 15 de junio en la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola (Reina), presidida por Mons. Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba.
Las fotos no siempre son muestra fiel de la realidad que retratan, pero basta dar un recorrido por lo publicado acerca de la ordenación en las redes sociales para darse cuenta de la felicidad de todos los que participaron. La misa tuvo sabor a su comunidad natal –Manzanillo- y a Cuba, en general, por los cantos que ayudaron a vivir la liturgia. En la eucaristía, un matrimonio manzanillero, Leandro y Daynelys, que con Raúl estudiaron en el pre-universitario y compartieron en los grupos juveniles de la parroquia, dieron testimonio ante el obispo y la comunidad. En su homilía Mons. Dionisio, recordó la historia reciente de la Iglesia cubana y cómo siendo párroco de Manzanillo acompañó a Raulito en su crecimiento en la fe. En palabras de aquellos que lo conocieron desde niño, Raulito sabía que su vocación era trasmitir el mensaje de Jesús en cualquier ambiente en que se encontrara.
En la ordenación también estuvo presente Mons. Juan de Dios Hernández SJ, obispo electo de Pinar del Río, que siendo sacerdote jesuita acompañó espiritualmente a Raúl durante su periodo universitario. En la eucaristía también participó Javier Vidal, el jesuita dominicano que actualmente es el superior provincial de la Compañía de Jesús en Las Antillas, acompañado de varios miembros de la orden que sirven en la Isla y en otros lugares del mundo y que quisieron acompañar a Raúl en este momento. Fue motivo de alegría la presencia de otros sacerdotes y religiosas que han sido parte de la vida de fe del “flaco”; así como de un significativo número de laicos y laicas, que han compartido con Raúl diferentes etapas de su vida y trabajo pastoral.
Un momento emocionante de la ordenación lo constituyeron las palabras finales. El nuevo presbítero aprovechó la ocasión para dar gracias a cuantos lo han ayudado en su vocación: su familia, presente y visiblemente emocionada, su comunidad, el grupo universitario, la Pastoral Juvenil Ignaciana, el equipo de Vida Cristina y muchos más. Parafraseando a San Agustín, Raúl pidió a los asistentes ayudarlo en su nuevo ministerio para no olvidar su condición fundamental de bautizado y miembro del Pueblo de Dios. Para la comunidad, Raúl es ahora presbítero: con la comunidad, él sigue siendo cristiano, discípulo de Jesús.

Fuente Oficina de Comunicacion Cuba