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Desde el pasado día 02 de octubre, la Compañía de Jesús inició los trabajos en Roma de la Congregación General #36 que elegirá un nuevo superior general para la orden. Cada día en el sitio web www.gc36.org se publican noticias y artículos sobre temas diversos. Les compartimos la nota que fue publicada en el día de ayer y que fue escrita por el nuestro provincial Javier Vidal, SJ.

Es un verdadero privilegio poder cruzar el océano y encontrarse tan rápido en casa. Los delegados de la Congregación General hemos sido recibidos cariñosamente por compañeros jesuitas de todo el mundo – muchos de ellos estudiantes en la Gregoriana – y hospedados en la Curia General o en las casas de la Compañía en Roma. Yo he sido acogido en la residencia S. Ignazio; una comunidad de la provincia de Italia. Mi habitación es especial; está al lado del antiguo Colegio Romano en el edificio donde se encuentra el oratorio de San Francisco Xavier. Fue el oratorio de la comunidad de escolares que vivían en esta comunidad, y todavía se conserva la habitación de San Luis Gonzaga.

Para subir a mi habitación hay que llegar hasta la sacristía y a mano derecha subir una escalera estrecha tipo caracol. Es una escalera con pasos de piedra gastados por los años. Tiene una soga en el medio para uno no perder el equilibrio en la medida en que uno va subiendo los escalones. La puerta de entrada a la habitación es pequeña pero lo suficientemente amplia para entrar y salir con facilidad. En las otras dos habitaciones viven el P. Josef Stuchly (también delegado en la Congregación) y una pareja de migrantes sirios. Realmente siento que voy a vivir esta CG desde un espacio físico discreto, acogedor, en comunión con los compañeros jesuitas que pasaron sus años de formación en medio de estos espacios y acompañado de una pareja migrante que nos recuerda la razón por la cual estamos aquí en Roma.

Es un regalo poder entrar en una comunidad italiana y saborear la cultura local. El domingo pudimos almorzar con la comunidad; El ministro de la comunidad, P. Vasile Tofana, preparó la comida y compartimos una mesa en la que había más colaboradores que jesuitas. Resultó un ambiente familiar, abierto y cercano, y la sobremesa duró tanto que casi no tuvimos tiempo para descansar antes de ir a la misa de apertura de la Congregación.

Por los canales oficiales ustedes han ido recibido noticias y detalles de la misa de apertura. Concelebrar y vivirla fue una experiencia hermosa, profunda y espiritual. Qué mejor forma de comenzar la Congregación ya saboreando la universalidad de nuestra misión y sentir la comunión con Ignacio y los compañeros de todo el mundo. Hay un momento de la celebración que no he dejado de agradecer: fue la oración del Padre General junto con los presidentes de las Conferencias frente al arca de los santos de la Compañía. Escuchar a Jorge Cela, presidente de la CPAL, compañero de provincia y amigo de la comunidad de Guachupita y La Ciénaga fue motivo de agradecimiento al Señor. Jorge hizo la siguiente oración: En todos los siglos nunca nos han faltado señales de tu gracia, ni frutos de bendición, junto a pruebas y trabajos, para que nos uniésemos cada vez más a Cristo, Rey eterno y Señor universal, soportando con Él toda pobreza y humillación, para seguirle después también en su gloria.

Gracias Jorge por tu fidelidad y entrega incondicional al Señor; Él ha hecho tuya esta oración!

FUENTE: WWW.GC36.ORG