Las Comunidades de Fe y Vida realizaron su tradicional encuentro nacional para niños/as, adolescentes y jóvenes de dichas comunidades. Con el objetivo de crear una conciencia para el cuidado del medio ambiente y la ecología Pastoral Juvenil Ignaciana y los asesores/coordinares de las comunidades utilizaron las instalaciones del Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael M. Moscoso. Bajo el lema: con Jesús en el corazón, amo la creación, los participantes reflexionaron y compartieron los desafíos y la responsabilidad en el cuidado de la misma. El encuentro fue celebrado el pasado dominigo 15 de Febrero.
En encuentro contó con la asistencia 176 niños/as, adolescentes y jóvenes que comprende las edades de 5 hasta 20 años; así mismo colaboraron 21 asesores, 4 madres y 2 dos escolares jesuitas (Sergio Ojeda y Santiago Lantigua) que colaboran en la oficina de pastoral. El mismo inició a las 7:30 am con el recibimiento de los participantes, los que luego pasaban a inscribirse y tomar una merienda; pero no fue hasta las 9:00 am cuando se le dio la bienvenida oficial. Durante toda la mañana, y parte de la tarde, los participantes recibieron diferentes talleres de formación, siguiendo la división de grupos de edades que propone el programa de formación de las Comunidades (8-10 años, 11-13años, 14-15 años 16-17 años), los jóvenes que pasaron de los 17 años fueron integrados al grupo cuya edad era la mayor. También estuvieron presentes varios técnicos Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales quienes estuvieron a cargo de talleres de formación que fueron impartidos.
Las Comunidades de Fe y Vida, como espacio de formación ignaciana siempre promueven el buscar y hallar a Dios en todas las cosas creadas; por eso, al final de la jornada de trabajo hacia las 4: 00 pm, luego de un espacio de recreación: cantos, juegos, caminatas, etc., el encuentro terminó con una celebración eucarística de acción de gracias presidida por el P. Martin Lenk, sj.
Muchas gracias a todos aquellos que colaboraron para que este encuentro se realizara.
Autor: Cristian Peralta, SJ