Vida Cristiana llegó a sus 58 años

Vida Cristiana llegó a sus 58 años

Por Redacción de Vida Cristiana

Hace 58 años, un 4 de noviembre de 1962, en la Iglesia Parroquial Mayor del Espíritu Santo, en Sancti Spíritus, se publicó la primera edición de Vida Cristiana, gracias a la labor del padre Donato Cavero, S.J. Desde entonces, la «hojita dominical», como popularmente le llamamos, ha estado en las comunidades católicas y hogares cubanos para servir a la obra evangelizadora de la Iglesia que peregrina en nuestro país.
En esta fecha recordamos especialmente a Amador Hevia, una de las personas que trabajó por muchos años en nuestra publicación y fue uno de sus pilares fundamentales. También dedicamos este aniversario a la memoria de Yolanda Illas, colaboradora del departamento de circulación y distribución de nuestra publicación, fallecida en este accidentado 2020.
En la sede de la publicación, en el complejo Reina, tuvo lugar una pequeña celebración familiar del equipo de Vida Cristiana, presidida por nuestro director, P. Eduardo García T. Este año Vida Cristiana debió redoblar esfuerzos para llegar a sus lectores, sorteando los desafíos de la crisis sanitaria y social que afecta nuestro país. Entre las alternativas aplicadas se logró activar un modo de proceder en tiempos de emergencia con la impresión acelerada de 9 ediciones de la publicación, que luego fueron distribuidas por transporte privado cargado de “hojitas dominicales” por todo el país. Normalmente Vida Cristiana se distribuye a través de los medios públicos de transporte y comunicación como ferrocarril y correos, que cesaron en sus servicios con el confinamiento y que aún no se reanudan. Mas estas ‘expediciones’ por cuenta propia a lo largo de la isla nos ofrecieron la oportunidad de visitar y encontrarnos cara a cara con algunos de nuestros obispos y colaboradores diocesanos, sin cuya cooperación Vida Cristiana no habría llegado a sus lectores.
El año del 58º aniversario ha resultado ser uno de los más complicados para nuestra misión, tanto como para los lectores y lectoras de ‘la hojita’. Con la ayuda de Dios y de su pueblo, salimos adelante. En las manos del Señor ponemos esta obra de la Compañía de Jesús, que ha acompañado a nuestra Iglesia y a nuestra nación en su peregrinar y se ofrece para seguir haciéndolo. ¡A la mayor gloria de Dios!