Quince siglos de cristianismo.
Desde Jesús de Nazaret a la caída de Constantinopla (1453).
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, 2020.
Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.
403, páginas.

Queridos todos, muchas gracias por su presencia a través de las redes.
Hace cuatro años, en el 2016, presentábamos, también con la PUCMM, 15 ventanas a la historia de la Iglesia, desde la reforma (1517) al Vaticano II (1962 – 1965). Se trataba de la segunda parte de un estudio en dos volúmenes, cuya primera parte es la que aparece esta noche. Es decir, con relación al trabajo completo, este es mi búho de Minerva, el cual, como recordaba Hegel, solo levanta el vuelo en el crepúsculo.
Pido su atención para las treinta líneas de la introducción a este libro:
Introducción.
El 9 de junio de 2016 aparecía el primer artículo de los 157 que conforman esta obra. Aquí los reúno con ligeras mejoras.
Estos pequeños ensayos continuaban otros 142, escritos desde el 5 de agosto del 2013 hasta el 30 de agosto del 2016. El Instituto Nacional de Pastoral en Santo Domingo, República Dominicana ha publicado una versión popular de cada uno de estos libros.
Pienso que la presente obra puede ser útil, pues muchas de las aporías y problemas enfrentados en el pasado siguen vigentes en la actualidad. A cada rato tropiezo con cristianos que le corrigen la plana a la Santísima Trinidad, negando en la práctica la divinidad de Jesús; otros quisieran como Marción, suprimir de las Biblias la totalidad del Antiguo Testamento por confuso y violento; no faltan los que añoran otro Constantino que cargue a la Iglesia con honores y privilegios, los hay que pudieran marchar al lado de Godofredo de Bouillón y los contingentes de la primera cruzada para acabar de una vez por todas con los enemigos de la cristiandad.
En los medios de comunicación abundan las caricaturas inexactas sobre la Edad Media, reduciéndola a una época de oscuridad y atraso. Habrá quien admire las catedrales en Europa e ignore las catedrales del conocimiento medieval levantadas por San Buenaventura y Tomás de Aquino, por citar solo a dos de los grandes pensadores, uno franciscano y el segundo, dominico. No falta quien se haga una idea errónea del papado medieval como si hubiese detentado permanentemente un poder avasallador.
Ojalá que estas páginas, una panorámica de la Iglesia durante la Antigüedad y la Edad Media, nos ayuden a vivir con mayor lucidez y compromiso este tiempo que nos ha tocado vivir. Hasta aquí la introducción.
Se entiende que 15 siglos de historia de la Iglesia en 400 breves páginas, solo quiere ofrecer una vista panorámica de la “Larga Marcha de la Iglesia”, como diría Juan María Laboa, en una frase feliz. Abordamos los quince primeros siglos de la historia, los lectores dirán si lo he logrado. He buscado sentar las bases de una introducción pedagógica, organizada, clara y sobre todo amena, que invite a ulteriores investigaciones personales acerca del cristianismo en Occidente.
Con este fin, he estructurado la presente obra en siete partes que ahora paso a enumerar.
Primera desde Jesús hasta el Concilio de Nicea (325) y el Emperador Constantino († 337).
2ª, desde los inicios del monacato en el siglo III hasta el papa Gregorio el Grande († 604).
3ª. desde la alianza entre el papado y los francos en el siglo VIII hasta el primer Concilio Laterano del 1123.
4ª la Iglesia responde a los enemigos externos con las cruzadas y a los herejes con la inquisición y las nuevas órdenes religiosas, abarca desde finales del siglo XI a fines del XIII.
5ª alemanes y franceses luchan por el control del papado, siglos XII Y XIII.

6ª la Iglesia del papado en Avignon, Francia, se sitúa en el siglo XIV.
Y finalmente,

7ª parte, el Cisma de Occidente (1378 – 1417), el Concilio de Constanza (1414- 1418), la reforma fallida y la Iglesia del siglo XV.

En cada uno de sus 157 cortos capítulos introduzco al lector a un aspecto relevante del peregrinar de la Iglesia a campo traviesa, cuidando de aclarar por lo menos cinco aspectos: el contexto en el que acontecen los sucesos, la relevancia de los protagonistas envueltos, los factores que explican lo sucedido, sus consecuencias entonces y si se puede, cómo lo expuesto en el capítulo ilumina nuestro presente. Las conclusiones sobrevuelan los siglos tratados y van acompañadas de una útil y tentadora bibliografía.
Hace poco, el Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, nos recordaba:
«Sólo desde la verdad histórica de los hechos podrán hacer el esfuerzo perseverante y largo de comprenderse mutuamente y de intentar una nueva síntesis para el bien de todos.» Fratelli Tutti (226).
Puedo decir con alegría, que esta obra de divulgación recoge mis esfuerzos durante 33 años de docencia en PUCMM, intentando acercarme a la verdad de los hechos usando la que juzgué ser la información mejor fundamentada a mi alcance y presentada de una manera que despierte interés en los lectores para que realicen sus propias investigaciones.
Entre los temas tratados en este libro, considero que hay diez que pudieran interesar particularmente a cualquier lector.
1. ¿Por qué la Iglesia no quedó atrapada en su matriz judía y pudo dialogar con el mundo griego y abrirse paso en el Imperio Romano, uno de los más perdurables en la historia de la humanidad? Aquellas generaciones estaban sostenidas por una experiencia decisiva, que necesitaban comunicar a todos los pueblos, sin medir los esfuerzos de traducción para llegar a tocar lo más íntimo de otras culturas y colectividades.
2. ¿Por qué el apoyo de Constantino y sus sucesores a la Iglesia era tan peligroso o más que las mismas persecuciones? En realidad, la Iglesia supo manejar las persecuciones desde sus convicciones, pero el poder, los privilegios y los recursos hirieron y distorsionaron algunas de sus energías vitales, mientras otras conservaron la radicalidad del Evangelio.
3. ¿Qué importancia permanente tiene el que la Iglesia haya reflexionado profundamente lo que cree para no adherir a cualquier disparate de moda? Los apologetas, los hombres como Atanasio, Cirilo de Alejandría, los Capadocios, León Magno, Ambrosio, Agustín, Jerónimo y Gregorio el Grande se alzan contra todo fideísmo cómodo en su pertinaz lucha por comprender lo que se cree y como diría Lucas, mostrar la certeza de la enseñanza recibida.
4. ¿Cómo los bárbaros conquistadores acabaron conquistados por la cultura romana y el cristianismo? Ese choque entre Imperio Romano y bárbaros muestra la validez de las instituciones, entre ellas, la cambiante y transformadora legua, filo cortante de la cultura y el poder de convicción de lo asimilado internamente.
5. La deuda de la Iglesia y toda la humanidad con los monjes que salvaron la cultura clásica. San Benito y sucesores, por citar un solo ejemplo, no solo trajeron orden a una sociedad caótica, sino que sirvieron de refugio a muchos autores y obras que de no ser por sus scriptoria se hubiesen perdido.
6. La alianza entre el papado y los francos cuyos efectos se advierten hasta el día hoy. Durante más de once siglos, el papado ocupó un amplio territorio en la península itálica. Así tuvo una base desde la cual misionar y gobernar, pero también ese territorio le convirtió en un príncipe que interactuó con otros príncipes defendiendo una posesión apetecible y un cargo codiciado por las familias nobles vecinas, reyes franceses y emperadores alemanes.
7. La difícil relación entre el papado y los emperadores alemanes, los Hohenstaufen y la dinastía Anjou de Francia. Ser independiente económicamente de los reyes de Francia hizo del papado una eficiente maquinaria de nombramientos y exacciones, un éxito que llevaba el Evangelio al fracaso.
8. ¿Por qué el uso de la fuerza en las cruzadas y la inquisición no lograron los objetivos pretendidos contra el islam y los cátaros? Los musulmanes peleaban por su casa. Los cruzados fueron malos aliados de los bizantinos que tenían su propia agenda.
9. El impacto de los franciscanos y los dominicos en la vida espiritual e intelectual de la Iglesia y del Occidente. Lograron alcanzar la mente y el corazón de toda una generación. Francisco de Asís con un carisma y simpatía humana que desarmó al Sultán de Egipto, Domingo de Guzmán y sus hijos, con una predicación inspiradora, fundamentada y una vida acorde.
10. ¿Qué nefastas consecuencias tendría para la Iglesia la localización del papado en Avignon, Francia? ¿Cómo quebraría la credibilidad del papado el Cisma de Occidente, cuando dos y hasta tres papas pretendían regir la Iglesia como legítimos sucesores de Pedro? ¿Qué oportunidad perdimos con la fallida reforma del Concilio de Constanza? Aquí están las bases de lo que luego sería la lamentable ruptura de la Reforma protestante.
Quedan muchos otros temas interesantes, pero esos los descubrirán ustedes.

Toca ahora la hermosa tarea de agradecer.
Gracias a Rhina García por su amistad y competencia.
La edición de esta obra estuvo al cuidado de la mano experta Carmen Pérez Valerio, directora del Departamento Editorial de nuestra universidad.
El Sr. Fausto Delgado fue el dedicado diagramador de la obra y Samuel Pichardo se ocupó de diseñar la bella portada.
Gracias, a mi amiga cienfueguera de Londres, Carmen Quintero Iglesias, cuya lectura de mi obra me libró de muchos errores y horrores
La impresión de calidad estuvo a cargo de Amigo del Hogar.
Gracias a nuestro Rector y las autoridades de nuestra universidad que me han apoyado desde 1987.
También a las unidades de suministro, comunicaciones, servicios de tecnología y, relaciones públicas de nuestra PUCMM. Agradezco el aprecio y aliento del Director de los Estudios Generales, Prof. Laureano de la Cruz
En Miami, mi reconocimiento a la Comunidad Jesuita, al Belen Jesuit Prep. School, la Agrupación Católica Universitaria, Casa Manresa, el Instituto Jesuita Pedro Arrupe y Ediciones Universal. Gracias por su apoyo, hospitalidad y aprecio de mis conferencias.
En La Habana, Cuba, a mis compañeros jesuitas, la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola en Reina y su Centro Loyola.
Una vez más agradezco el apoyo de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales de esta PUCMM, en Santiago de los Caballeros, particularmente de su director, P. Diego López Luján por el tiempo concedido para elaborar esta obra y a Paola Cruz por su apoyo continuo.
Soy deudor de mi comunidad jesuita, de la Residencia Padre Juan Manuel Montalvo Arzeno, S.J., en el frondoso y espiritual Centro Bellarmino. El P. Montalvo († 1979), cuyo nombre honra nuestra residencia, fue un excelente presbítero jesuita y profesor, todavía recordado por todos los que le conocimos, en especial sus estudiantes y colegas de la PUCMM.
Gracias a la comunidad de Vida Cristiana ILAC – PUCMM, a la Asociación de Empresarios Cristianos de Santiago y tantos amigos y amigas de esta ciudad corazón y Santo Domingo.
Ésta es una rara ocasión: varios de mis 8 hermanos, 14 sobrinos y múltiples sobrinos nietos han asistido a este evento. Espero que su tío abuelo no les haya aburrido. Gracias por venir.
A veces, cuando vuelvo a investigar un asunto mal comprendido o cuando reviso un juicio apresurado, en las ocasiones en que me canso, siento la mirada sabia y el aliento entusiasta de mi recordado profesor y mentor, el Dr. José Manuel Hernández del Departamento de Historia de mi Alma Mater, Georgetown University. Fue alumno de mi padre en los años cuarenta y yo fui su alumno en los ochenta del siglo pasado. Siempre me acompañan su amistad y su valoración cordial de lúcido historiador en estos esfuerzos que esta noche me siento dichoso de ofrecer a su consideración. ¡Muchas Gracias!
Padre Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.
17 de noviembre, 2020
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.